Suma a tu colección este par de aretes que fusionan elementos de la flora y fauna. Plata fundida, laminada y cincelada. Unida por soldadura fina. Obra de la maestra, artesana mazahua, María Dolores García.
La joyería artesanal es una de las formas más antiguas de adornar el cuerpo, cuya evolución de este tipo de alhajas permite la utilización de nuevas técnicas y materiales. El maestro Herminio Ramírez Díaz nos presenta su pieza de pendientes, elaborados con chaquira, con diseño tipo romboide y rematado en borla, con tonos azulados.
La joyería artesanal es una de las formas más antiguas de adornar el cuerpo. La evolución de este tipo de alhajas permite la utilización de nuevas técnicas y materiales. En este caso, la artesana zapoteca Cecilia Cruz nos ofrece esta versión de pendientes de tipo largo, realizados en seda, con tintes naturales, trabajados en telar de cintura. Se puede apreciar creatividad y diseño en su elaboración, sin perder la esencia y tradición que caracteriza a esta cultura. La planta llamada morera es el inicio para el proceso de elaboración de piezas como estos pendientes. Al tratarse del principal alimento que consume el gusano de seda, los creadores deben asegurarse de contar con suficiente cantidad y calidad para su cría toda vez que influye de manera determinante en los capullos que se van a cosechar. En este sentido la mayoría de los artesanos de seda de San Pedro Cajonos, prevén en sus terrenos el cultivo y cuidado de árboles de morera. Los expertos de la cría del gusano de seda conocen a la perfección sus etapas biológicas, de huevo a oruga y de crisálida a mariposa, producto de una metamorfosis. Es en la etapa de oruga en que el insecto crea un capullo, donde vivirá su etapa de crisálida para explotar finalmente en mariposa. Y es precisamente el capullo el elemento principal para la elaboración de la seda.
La joyería artesanal es una de las formas más antiguas de adornar el cuerpo. La evolución de este tipo de alhajas permite la utilización de nuevas técnicas y materiales. En este caso, la artesana zapoteca Cecilia Cruz nos ofrece esta versión de pendientes de tipo largo, realizados en seda, con tintes naturales, trabajados en telar de cintura. Se puede apreciar creatividad y diseño en su elaboración, sin perder la esencia y tradición que caracteriza a esta cultura. La planta llamada morera es el inicio para el proceso de elaboración de piezas como estos pendientes. Al tratarse del principal alimento que consume el gusano de seda, los creadores deben asegurarse de contar con suficiente cantidad y calidad para su cría toda vez que influye de manera determinante en los capullos que se van a cosechar. En este sentido la mayoría de los artesanos de seda de San Pedro Cajonos, prevén en sus terrenos el cultivo y cuidado de árboles de morera. Los expertos de la cría del gusano de seda conocen a la perfección sus etapas biológicas, de huevo a oruga y de crisálida a mariposa, producto de una metamorfosis. Es en la etapa de oruga en que el insecto crea un capullo, donde vivirá su etapa de crisálida para explotar finalmente en mariposa. Y es precisamente el capullo el elemento principal para la elaboración de la seda.
Joyería en fibra de palma. Se trata de un arte que se transmite de generación en generación, donde las manos de los artesanos transforman la fibra vegetal en objetos utilitarios y decorativos. Cada pieza es un diálogo con la naturaleza, desde la selección de la palma hasta el tejido final. La fibra vegetal se convierte en un lienzo donde se plasma la creatividad del artesano. El proceso de elaboración es largo y meticuloso. Se selecciona la palma, se limpia, se hierve y se seca al sol. Finalmente, se teje la pieza utilizando diferentes técnicas, como el nudo o el calado. El maestro Alfredo Ortiz Torres, nos ofrece estos artes en los que aplica la técnica del calado que consiste en entrelazar dos fibras blandas y unir los pares mediante remates de tipo nudo.