La joyería artesanal es una de las formas más antiguas de adornar el cuerpo. La evolución de este tipo de alhajas permite la utilización de nuevas técnicas y materiales. En este caso, la artesana zapoteca Cecilia Cruz nos ofrece esta versión de pendientes de tipo largo, realizados en seda, con tintes naturales, trabajados en telar de cintura. Se puede apreciar creatividad y diseño en su elaboración, sin perder la esencia y tradición que caracteriza a esta cultura. La planta llamada morera es el inicio para el proceso de elaboración de piezas como estos pendientes. Al tratarse del principal alimento que consume el gusano de seda, los creadores deben asegurarse de contar con suficiente cantidad y calidad para su cría toda vez que influye de manera determinante en los capullos que se van a cosechar. En este sentido la mayoría de los artesanos de seda de San Pedro Cajonos, prevén en sus terrenos el cultivo y cuidado de árboles de morera. Los expertos de la cría del gusano de seda conocen a la perfección sus etapas biológicas, de huevo a oruga y de crisálida a mariposa, producto de una metamorfosis. Es en la etapa de oruga en que el insecto crea un capullo, donde vivirá su etapa de crisálida para explotar finalmente en mariposa. Y es precisamente el capullo el elemento principal para la elaboración de la seda.