La leyenda de Hapunda, la joven que vivía en la isla Yunuén es un canto al amor y al sacrificio, inspirado en la tradición purépecha que resuena en los ecos de las aguas del lago de Pátzcuaro. Hapunda, la princesa de belleza inigualable, se enfrenta a la amenaza de los invasores chichimecas, decidida a proteger no solo su libertad, sino también el honor de su pueblo. Cuando la fuerza bruta se perfila invencible, la princesa encuentra en la naturaleza la respuesta más noble: unirse a su amado lago, en un acto que la convierte en una eterna garza blanca, danzando sobre las aguas que la abrazan. Así, su espíritu continúa embelleciendo la isla de Yunuén y la memoria de su pueblo, dejando una estela de misticismo y resiliencia.