Un palacio en la ciudad de los dioses, Teotihuacán, escrito por Laurette Séjourné y traducido por Arnaldo Orfila Reynal, es una obra esencial para entender la importancia de Teotihuacán, la primera gran ciudad de Mesoamérica. Dedicada a Quetzalcóatl, la deidad emblemática cuya enseñanza religiosa influenció profundamente la cultura náhuatl, esta ciudad era el epicentro de la creación artística y el desarrollo científico y religioso de la región. Séjourné presenta la tesis de que los sabios artesanos de Teotihuacán, discípulos de la serpiente emplumada, fueron los pioneros de las leyes, la medicina, la astronomía, y las artes, cuyas influencias se extendieron más allá de las fronteras modernas. Basada en sus investigaciones en el Palacio de Zacuala en la década de 1950, la autora ofrece un análisis de los murales y signos que encapsulan el corazón de la espiritualidad teotihuacana y de Mesoamérica en general. Esta obra continúa siendo una fuente imprescindible para quienes buscan profundizar en la cosmovisión, rituales y legado de una civilización enigmática.